ENTRE PATRONES. Un poquito más de moda flamenca
Para
terminar esta semana de feria os voy a presentar mis tres últimos trajes de flamenca.
Los diseñé adaptándolos a mi estilo personal intentando que fuesen lo más
atemporales posibles, con colores poco arriesgados pero inusuales en flamenca
sobre todo los dos lisos, jugando con volantes de capas y rizados, mezclando colores
en el corte de algunos patrones. Espero que os gusten.
Este traje
en popelín gris lleva una falda que comienza con tres volantes pequeños
rizados adornados con cintas de terciopelo burdeos y encaje de bolillos suizo
en tono hueso, terminando con un amplio volante de capa totalmente liso del
que asoma una enagua de semihilo beis ribeteada también con la cinta de
terciopelo burdeos y el encaje suizo.

Las mangas
están montadas en consonancia al cuerpo y la falda para darle el mismo
efecto visual.
Para
adornarlo me hice un mantón también de semihilo como la enagua ,
anudados con hilos de seda a tono y ribeteado con la misma cinta de terciopelo
que en el traje.
Los complementos
todos de tresCandela hecho
exclusivamente para este diseño. Con camafeos, nácares, terciopelos, bolas de
seda y plata, con un medallón opcional cuando prefiera ponerme el traje sin
mantón.
Los zapatos
aunque no pueden verse, son bastante originales, una modificación de invención propia; desmonté unas cuñas de
esparto y volví a montarlas con una única tira en popelín gris
sobre la que cosí el encaje suizo quedando de lo más coqueto.
Este
traje confeccionado en popelín ideal
para las mañanas de feria, que a pesar de ir sin mangas ni mantón y ser corto
no pierde la esencia del traje de flamenca.
La
combinación de estos dos colores me pareció muy original, cortado a la cadera
utilizando el color oscuro para la parte de abajo con la intención de estilizar
mis proporciones. El corte se adorna con un entredós de bolillos beis y cintas
a ambos lados de terciopelo con forma de piquillo en tierra oscuro.
La falda
consta de tres volantes rizados de colores alternos, los verde terminados con
un encaje de bolillos ancho y la misma cinta tierra del corte del cuerpo, y el
beis, con encajito estrecho a tono y cinta de terciopelo lisa en verde.

El escote
muy abierto lo ribeteé con el mismo adorno del volante del mismo color lo que
me hizo no necesitar mantoncillo, unido a la comodidad de ser sin mangas y
corto, le dio al diseño un extra de frescura.
Los complementos
también de tresCandela, esta vez la
peina de plata la cambié por un peinecillo de nácar adornado con hilos curvos
de distintas piedras naturales a tono con el vestido, los pendientes de aros y
nácares y unas sencillas pulseras alternando dorado y verde.
La
comodidad para aguantar todo el día también la llevé en los zapatos, con
unas sandalias de cuñas de corcho de tiras finas en verde oscuro terminadas en
el centro con un coqueto lazo.
Para
terminar, este traje de lunares de fondo azul lapislázuli apagado con lunar
beis. Esta vez opté por un corte canastero para hacer algo diferente.
La falda
aunque parece cortada en tres por la situación de los adornos, lleva sólo dos
cortes reales que le quita peso al vestido y amplía el bajo, lleva encajes
anchos y cintas de terciopelo tipo piquillo en rosa para contrastarlo,
terminándola con un pequeñísimo volante en azul liso.
El cuerpo finaliza con un anchísimo
entredós bordeado por dos cintas de terciopelo también con forma de piquillo en
el mismo azul del fondo pero un tono más oscuro.
Las mangas
dobles, ambas de capa. La primera de la tela del vestido teminada por un mini
volante rizado en azul liso al igual que a falda. La segunda en pipelín beis
terminada por un madroño del mismo color. Al igual que el cuerpo, a la manga se
ciñe un entredós y esta vez una cinta en tono rosa.
Para el
escote pensé algo diferente y novedoso, le pegué el mismo encaje de la
falda y en cada punta anudé hilos de seda a modo de los flecos de un mantón.
Los complementos
nuevamente de tresCandela: la peina
de hilo de plata torneado a mano, y los pendientes sintéticos azules de
piedrecitas de distintos tamaños y formas engarzadas sobre un óvalo inicial que
se corta con un sutil lazo de terciopelo rosa.
Los
zapatos eran unas sandalias de múltiples y finas tiras de ante en tonos rosa a
juego con los adornos del traje.
Beatrizpalacios.com
ResponderEliminar¡Muy buen post! Los vestidos de flamenca son estupendos, para mostrar e identificar como son las tradiciones andaluzas. A todo conjunto no le puede faltar unos buenos accesorios, que resalten más esta cultura y la belleza de la persona que lo lleva.