CUSTOMIZAR UN MINIVESTIDO



Cuando voy de compras parece que tengo un radar. Mis amigas y hermanas siguen sin explicarse cómo encuentro prendas monísimas a súper precios, pero como no siempre me las pruebo, a veces me pasa como con este vestido, que después era demasiado corto.

El estampado de flores me pareció precioso y muy primaveral, con unos colores ideales. Tenía un inconveniente: una tara (la cremallera invisible estaba rota), por lo que costaba sólo 4€.  Esto me hizo pensar en el Slow Fashion (de la que otro día os hablaré), con el derroche económico en tejidos y merma en la sostenibilidad cuando no se aprovechan prendas por cualquier mínimo fallo, después de la cadena que hay detrás de cada producto. Por eso decidí comprármelo.

Cuando me lo probé en casa, además de cambiarle la cremallera, opté por diseñarle una bajo falda.
Tenía un semihilo en color hueso, y tirabordadas en rosa fucsia. Compré  cintas de seda también en fucsia, otras de terciopelo finísimas en gris perla, y de plisadas con puntillas en hueso.

Cuando lo recopilé todo me puse manos a la obra y aquí tenéis el resultado después de combinarlo con estos altísimos tacones (peep toes) comprados en Blanco al 50% de descuento. Me costaron 15€ y me encantan.


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¡Feliz lunes!

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