Vestido de haretas, encajes y cintas de terciopelo para un mundo de fantasía
Anoche llegamos a Marsella, y hoy han tocado las playas de la
Costa Azul, pero esto ya os lo contaré otro día.
Recordad, os dije que estoy haciendo minuciosamente un cuaderno de viaje
por si alguno/a de vosotros/as quiere embarcarse en la locura de recorrer
Francia de una punta a la otra como estamos haciendo nosotros, aunque estos
días sólo os esté enseñando sobre todo, fotos de mis diseños.
Hace unos días (no sé cuántos, porque con estas vacaciones tan
ajetreadas he perdido un poco la noción del tiempo) fue visita obligada el
parque de Disneylan París. Tengo dos niños, así que no era una
alternativa. Ir a París y no pasar por Eurodisney no entraba en
sus planes lógicamente.
Estuvimos once horas dentro. Como era de imaginar terminamos reventados,
por eso elegí un vestido que me hice el año pasado muy cómodo,
pero a la vez con ese toque infantil ideal para rememorar mi infancia
cuando leía aquellos cuentos de princesas: Blancanieves, La bella
Durmiente,…
A pesar de parecer entallado por el corte en la cintura, no es
ajustado, sino suelto, con el cuerpo lleno de haretas
alternadas con pequeños encajes de bolillos. En el centro, separando las
dos filas laterales de haretas mirando para ambos lados, lleva una cinta de
terciopelo con dos coquetos lazos.
La falda del vestido es rizada, los hombros muy
metidos, con una cinta y corchete dentro que agarra la tiranta
del sujetador para que no se mueva ni se vea. El cuello barco y el largo
por la rodilla.
En los pies unas manoletinas, ni mucho menos los zapatos que me
hubiese puesto en España, porque tengo unas sandalias celestes
del mismo tono del vestido.
El bolso de un azul más intenso; pequeño y con una tiranta
larga para llevarlo en bandolera. El toque especial, un encaje de
guipur a tono que lo rodea.
Como complementos unos pequeños pendientes perlas de y un anillo
de perlitas de río, todo de tresCandela.
¡Buenas noches!
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