EL DINERO ADORNA TENDENCIAS ANTIGUAS EN VEZ DE CREAR NUEVAS
¡Por fin he sacado un hueco para
dedicaros un rato! Estoy tan liada con varios
proyectos, como os comenté a principios de año, que me es imposible seguir
escribiéndoos con el ritmo de antes.
En breve saldrá al mercado mi propia marca, y crearla, os podéis
imaginar el trabajo que conlleva. Ya os
contaré otro día con más detenimiento. Empezaremos lanzando una preciosa colección de flamenca, espero que os
guste, pues me encantaría tener el placer de vestiros a muchas de vosotras.
Dejando esto a un lado, vamos con
el post, una crítica a la
inoportuna belleza para este siglo de
los diseños de Valentino en la Fashion Week Paris hace unos días,
donde podemos ver que con dinero, la creatividad sólo se copia,
llenando de caros adornos diseños de otras épocas.
La visión de la modernidad se vuelve subjetiva en las creaciones de algunos
diseñadores. La moda es tan relativa como lo que quiera plasmarse. Percibimos
en las colecciones ideas de una realidad
atípica para nuestra época,
mientras las marcas intentan
justificarlas con alegorías de sentimientos.
La subjetividad de lo bello
adolece, compilando antiguas tendencias
en nuevas creaciones, o esto al menos veo en la colección de Valentino en la Fashion Week Paris. Una retrospección
al pasado basando la
inspiración en la indumentaria austro – húngara de otros tiempos, aunque
enriquecida con laboriosos bordados en ricos colores.
La pasarela se llenó de jóvenes
modelos peinadas con trenzas
recogidas sobre la cabeza. La exposición mostraba rescoldos de la película “sonrisas y lágrimas” mucho menos
minimalista. Los ampulosos vestidos no
dejaban ver sus siluetas, restando femineidad adulta a las modelos. El barroquismo en los tejidos,
bordados a modo de pinturas rusas
impedían moldear sus cuerpos, haciéndolos estáticos.
El colorido del desfile lo hizo fresco,
la exquisitez de la artesanía, impresionante, y según dijeron sus
diseñadores Maria Grazia Chiuri yPierpaolo Piccioli en
el backstage, estaban: “tratando de describir el amor”, una emoción
humana prácticamente indefinible. Supongo que su afirmación la apoyaron en los
vivos colores y en el enrevesado
folclore de los dibujos de sus creaciones, aunque a mí se me antoja una extravagante forma de atraer a la audiencia
con algo diferente y totalmente fuera de contexto. Quizás salvaría los diseños de noche por su
intensidad, mucho más apropiados
para este siglo XXI. ¿Qué opináis?
Fotos: © InDigital
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